Ayer tuve el gran consuelo de distribuir en Medina de Rioseco (antes muy frío y con muchos rojos) 2.500 comuniones y más de 1.000 confirmaciones, el pueblo consta de 4.000 almas ¡que buen misionero es Fray Palo!
... definieron la justicia diciendo que ésta consistía en distribuir a cada hombre lo suyo.
Los adversarios, los enemigos del país no descansan, ni descansarán, en la intriga y en tratar de dividir sobre todo aprovechando circunstancias como estas, entonces ¿cual es nuestra respuesta? Unidad, Unidad y más unidad esa debe ser nuestra divisa.
La única sabiduría consiste en dividir la vida en días y horas para extraer de cada una de ellas una victoria concreta sobre el dolor y una culminación del placer que te regale.
A partir de la sabiduría, entendimiento. A partir de la comprensión, compasión. De la compasión, el amor.
Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente estas se explican por si solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones pues estas si nos aportan información de la vida y la realidad.
La lucha de clases...Es la lucha por clasificar y en contra de ser clasificado, al mismo tiempo que es, indistinguiblemente, la lucha entre las clases constituidas. (...) No luchamos como clase trabajadora, luchamos en contra de ser clase trabajadora; en contra de ser clasificados. Nuestra lucha no es la del trabajo alienado: es la lucha contra el trabajo alienado.
Percibir la esencia de todo nos hace comprender, clasificar y describir al mundo, en términos completamente nuevos; en términos mucho más incitantes y sofisticados.
¿Existe un buen modo de categorizar los cuerpos? ¿Qué nos dicen las categorías? Las categorías nos dicen más sobre la necesidad de categorizar los cuerpos que sobre los cuerpos mismos.
Equivocarse, y a pesar de ello, deber otorgar confianza a mi ser interior, esto es el hombre.
En el marco social, sin embargo, el éxito de la humana actividad depende de un cúmulo de realidades concretas mucho mayor de las que ser humano alguno puede conocer. Toda nuestra civilización se basa necesariamente, en consecuencia, en la posibilidad de que el hombre pueda otorgar fiabilidad a muchas realidades que en el sentido cartesiano no cabe plenamente conocer.
No es asunto nuestro establecer prohibiciones, sino llegar a convenciones... En la lógica no hay moral alguna. Cada uno tiene la libertad de construir su propia lógica, esto es, su propio lenguaje, tal como prefiera. Todo lo que se requiere de él es que, si desea discutirlo, debe establecer sus métodos con claridad, y proporcionar reglas sintácticas en lugar de argumentos filosóficos.
No se puede razonar sobre el alma sin explicar en particular los procesos psíquicos: aquí el progreso debe consistir precisamente en abandonar las teorías generales y los sistemas filosóficos sobre lo que es el alma y saber proporcionar una base científica al estudio de los hechos que caracterizan tales o cuales procesos psíquicos.
La filosofía y la religión pueden, al parecer, iluminar oscuros vericuetos y suministrar fuerzas para soportar las cargas desacostumbradas
Para que la globalización sea positiva, ha de serlo para pobres y ricos por igual. Tiene que aportar el mismo grado de derechos que de riquezas. Tiene que suministrar el mismo grado de justicia y equidad social que de prosperidad económica y de buenas comunicaciones.
Lo que sí tiene trascendencia, y es esencial y específicamente humano, es el ámbito de lo afectivo. Pero el sexo no. Lo malo es que, en algún momento aciago de la humanidad, se cometió el trágico error de adjudicar a lo sexual un significado moral.
¿Qué consume la información? Consume la atención de sus destinatarios. En consecuencia, una riqueza de información crea pobreza de atención, y la necesidad de asignar de manera eficiente la atención que entre la sobreabundancia de fuentes de información que se pueda consumir es primordial.
Es imposible no asignar a la violación del derecho de seguridad (contra su vida y propiedad) adquirido por todo ciudadano alguna de las penas más considerables.
...el espíritu cientifico es un espíritu que necesita volar, cansado de comer flores y tirar frutas, decide impartir un nuevo modo obsoleto de pensar... (Gaston Bachelard Volviendo a mi viejo barrio).
Educar no es solo impartir conocimientos. Educar es también forjar caracteres nobles, rectos y con fuertes principios, en los que no cabe la vulgaridad, la superficialidad y la arrogancia. Modificar lo que debemos hacer, por temor a que sea contraproducente o a una respuesta exagerada, significa renunciar a nuestro cometido.
Las máquinas que se inventaron para servir al hombre en su tarea acabaron por adscribirle a su servicio; no eran ya, como las herramientas, una prolongación de su brazo, pues el hombre se convirtió en su mera prolongación, en un miembro periférico pegadizo y coadyuvante.
La religión es una cosa bien sencilla: primero, amar y servir a Dios, segundo amar y servir al prójimo.
El misántropo es hombre; por lo tanto, el humanista ha de ser en cierta medida misántropo. Pero es un misántropo científico, que ha sabido dosificar su odio, que odia primero a los hombres para poder amarlos después