Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.
La vejez también al cortar un ramo de flor una mueca en la boca.
Creo en mi corazón, ramo de aromas que mi Señor como una fronda agita, perfumando de amor toda la vida y haciéndola bendita
Todo el aplauso del viento sobre la fronda de copa redonda y el ajedrez verde tablero donde los peones son del rey.
Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.
Mi mujer de ojos de leña siempre bajo el hacha.