A la fuerza: júzgueme como un salvaje. Así actué yo. Pero ya está resuelto, no internamente porque nunca me lo voy a perdonar, está resuelto porque ya me hice responsable yo de esa situación. Lo único que tiene que hacer es llevar adelante el reconocimiento de sus derechos, que creo que los tiene. Opino lo peor de esa persona, porque profesionalmente y humanamente sabía que estaba haciendo las cosas mal y trató de engañarme, de engañar al club… Fue la herramienta que utilizó la empresa para engañar al club. Yo no lo permití.
La vida, por naturaleza, es interdependiente. Tratar de lograr la máxima efectividad por la vía de la independencia es como tratar de jugar al tenis con un palo de golf: la herramienta no se adecúa a la realidad.
Subyugaba aquella voz de combate rebotando en los cerros: la voz del jefe que aconsejaba lealtad. Flagraban en su acero fugaces lampos. A cada acción, su caballo alfaba.
Como arquitecto me planteo si hay que romper con una línea de continuidad que viene del pasado, de la historia de la arquitectura, tanto de manera material como del concepto; si no hay que usar el hormigón o el acero porque lo utilizaba Ludwig Mies van der Rohe. Me siento orgulloso de seguir esa continuidad con el pasado, además de aportar nuevas cosas a esa continuidad.
Partición del cielo en los espacios no asequibles a los cuerpos como el ancho de una daga en el retorno en la ondanada líquida del sexo o licuación de la memoria en lo más mínimo y ahonda.
Considero a la muerte como un cuchillo en mi corazón.
Se puede luchar contra los muertos, pero cuando llegan sus amos, cuando empieza a levantarse esa neblina blanca... ¿Cómo se lucha contra la niebla, cuervo? Sombras con dientes...Un aire tan frío que duele hasta respirar, como un cuchillo que atraviesa el pecho...No sabes nada, no puedes saberlo. ¿Tu espada puede atravesar el frío?