Todo el mundo nace con algún talento especial y Eliza Sommers descubrió temprano que ella tenía dos: buen olfato y buena memoria. El primero le sirvió para ganarse la vida y el segundo para recordarla, si no con precisión, al menos con poética vaguedad de astrólogo.
Y ya que no te gusta ir a la escuela, ¿Por qué no aprendes al menos un oficio que te sirva para ganar honradamente un pedazo de pan?
Cuando te encuentras con alguien, aunque sea muy brevemente, ¿Reconoces su ser prestándole toda tu atención? ¿O le reduces a un medio para un fin, un mero papel o función? ¿Cuál es la calidad de tu relación con la cajera del supermercado, con el empleado del aparcamiento, con el mecánico, con el cliente?
Dulce es el amor verdadero, aunque sea en vano.
Sin que nosotros podamos impedirlo, el velo que recubre ese espectáculo llamado vida se desgarra en miríadas de copos ilusorios y, de todo cuanto se desarrollaba ante nuestros ojos, no quedan ya ni tan siquiera las sombras de una quimérica realidad.
El hombre debería estar en su anhelo tan separado de sí mismo que no debería pensar en nadie ni en nada que no fuera deidad en sí misma, ni tan siquiera en la bienaventuranza, ni en esto ni en lo otro, sino en Dios como Dios y la deidad en sí misma... Por eso separa todo añadido de la deidad y tómala desnuda en sí misma.
¿El deseo no es siempre el mismo, esté presente o ausente el objeto? ¿El objeto no está siempre ausente? No es la misma languidez: hay dos palabras: Pothos, para el deseo del ser ausente, e Himeros, más palpitante, para el deseo del ser presente.
La ira es nuestro auténtico enemigo ya que se haya en nuestra mente. La ira no cambia nunca su naturaleza. siempre hiere y destruye. Y lo que es peor, aniquila nuestras propias fuerzas y energías.
Tengo fama de muy serio, o incluso de arrogante o de altivo, y de todas estas cosas que estoy harto de oír. Creo sin embargo que en mis novelas hay mucho humor, pequeñas bromas y hay alguna escena que aspira a ser cómica o en todo caso es un poco disparatada. El humor es una de las pocas cosas que nos salva.
Si entró dinero del narcotráfico en mi campaña presidencial, en todo caso fue a mis espaldas
Los de mentalidad reducida se parecen a las botellas: cuando menos tienen, más bulla hacen.
Nunca usen el mal pareciendo que es el bien, porque a la larga se devuelve contra ti, cuando menos lo esperes.
No tengo ningún tipo de relación con mi padre. Nunca lo he saludado y eso es duro. Mis sentimientos hacia él no son ni de odio, ni de cariño. Hay un espacio vacio dentro de mi corazón. Ni siquiera siento ganas de conocerlo.
En realidad no sé escribir cartas de viajes, en realidad siquiera sé viajar.
Estoy tan orgulloso de lo que no hemos hecho como de lo que sí hemos hecho
M. Pernety me informó que él le ha comunicado mi nombre. Esto me lleva a confesarle que no soy tan completamente desconocida para usted, como podría creer, pero que por temor a la burla ligada a una mujer científica, he adoptado previamente el nombre de M. LeBlanc en la comunicación de aquellas notas que, sin duda, no merecen la indulgencia con la que me ha correspondido