Si la cultura es el mejor fruto de la nación, será preciso reconocer que no hay vida nacional única donde existan diversas culturas.
No ha salido en España un hombre que valga la pena. ¡Qué vulgaridad, qué pobreza! El territorio nacional se divide en dos campos enemigos irreconciliables, sin que sirvan para aplacarlos y llevarlos a un ambiente de tolerancia las voces de algunas personas sensatas.