Te veo montado a horcajadas sobre la llanura que para ti es la Tierra, una llanura sin profundidades ni alturas. Vas a todas partes, apareces en cualquier momento, devoras todo. Edificas la vida y luego la engulles, y disfrutas al hacerlo. Eres Dios.
La llanura es bella y terrible, a la vez; en ella caben holgadamente, hermosa vida y muerte atroz.
Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco sin ti no veo más que una planicie desierta.