Ramón ya estaba perdido para la causa de la renovación desde un orden y sorprendía que militares de prestigio como Queipo de llano secundaran sus veleidades republicanas, a sus años, con la misma ligereza que utilizaría para hacerse filocomunista un 'señorito aviador' como Hidalgo de Cisneros.
Canto, pues a tocar este otro punto; y con ritmo más llano todavía: que nos incumbe a todos este asunto.
Sembremos la llanura antes de arar la loma.
Aquí estás, ombú gigante a la orilla del camino, indicando al peregrino no siga más adelante en la llanura sin fin. (...) Ese destino te espera, árbol, cuya vista asombra, que al caminante das sombra sin dar al rancho madera, ni al fuego una astilla dar; recorrerás el desierto cual mensajero de vida, y, tu misión concluida, caerás cual cadáver yerto bajo el pino secular.
El trozo de mujer con crema suelta al oído palabras largas como una mano en mugrientas greñas. Y tú en las sombras estás solo, sobre la sábana denudo, como un signo zodiacal.
Catalina sabía el argumento de la sábana rota por amor, me soplaba la letra con su aliento y nos iba surgiendo esta canción.
Así, en infinitas tardes, fui penetrando en el canto de la llanura, gracias a esos paisanos. Ellos fueron mis maestros. Ellos, y luego multitud de paisanos que la vida me fue arrimando con el tiempo. Cada cual tenía su estilo. Cada cual expresaba, tocando o cantando, los asuntos que la pampa le dictaba.
Cuadro es la pampa en que el afán se encierra de gaucho, erguido en actitud briosa, sobre ese gran cansancio de la tierra; porque el bostezo de la pampa verde es como una fatiga que reposa o es como una esperanza que se pierde...