Ser bueno, en mi sentir, es lo más llano y concilia deber, altruismo y gusto: con el que pasa lejos, casi adusto, con el que viene a mi, tierno y humano.
Cuando os separéis de un amigo no sufráis. Porque lo que más amáis en él, se aclarará en su ausencia, como la montaña es más clara desde el llano para el montañés
Te veo montado a horcajadas sobre la llanura que para ti es la Tierra, una llanura sin profundidades ni alturas. Vas a todas partes, apareces en cualquier momento, devoras todo. Edificas la vida y luego la engulles, y disfrutas al hacerlo. Eres Dios.
Aquí estás, ombú gigante a la orilla del camino, indicando al peregrino no siga más adelante en la llanura sin fin. (...) Ese destino te espera, árbol, cuya vista asombra, que al caminante das sombra sin dar al rancho madera, ni al fuego una astilla dar; recorrerás el desierto cual mensajero de vida, y, tu misión concluida, caerás cual cadáver yerto bajo el pino secular.
Yo soy como el espinito, que en la sabana florea, le doy aroma al que pasa y espino al que me menea... Presidente Fox...no se meta conmigo, caballero, porque sale espinado
Hacia tus pies resbalo, a las ocho aberturas, de tus dedos agudos, lentos, peninsulares, y de ellos el vacío de la sábana blanca caigo, buscando ciego y hambriento tu contorno de vasija quemante.
Una vuelta por cualquier barrio de México, por cualquier campo de Perú, por la pampa rubia, y verán que la miseria, el hambre y sobre todo la incultura siguen siendo las mismas
Tengo miedo de mirar mi dolor. No vaya a ser que me quede demasiado grande. Prefiero calzar mi deber como una valentía de espuelas e hincando mi pereza, que quisiera morir cobardemente, andar con frente firme ante la pampa yerma del dolor de los otros. Sólo así quiero merecer.
Tu nombre es una campana de oro que pende en mi corazón. Me rompería en pedazos si te llamara una sola vez por tu nombre.
Lozanía de atardecer. El sabe que la campana redobla el sonido de la vida.