Lo experimentado como externo no pertenece a los interno intencional, aunque nuestra experiencia de ello resida allí, como experiencia de lo externo.
Tuvimos que luchar contra el enemigo externo en las Malvinas. Pero siempre tenemos que estar atentos al enemigo interno, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad
Las armas del reino no se muestran al extranjero
Cuando uno viaja, recuerde que un país extranjero no está diseñado para hacerlo sentir cómodo.Está diseñado para hacer su propio pueblo cómodo.
Tuvimos que luchar contra el enemigo externo en las Malvinas. Pero siempre tenemos que estar atentos al enemigo interno, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad
El campo fenomenal que llamamos Mundo, Ser, Realidad, Experiencia, es uno solo y por tanto indenominable: el de lo sentido le llamaremos todavía, ni externo ni interno, ni psíquico ni material. Nada que no ocurra para mí, en mi sensibilidad, no ocurre de ningún modo ni en campos psíquicos (otras almas supuestas), ni en el campo supuesto material.
Es extraño que una revolución se lleve a cabo en un clima de calma y de sentido común. Los cerebros se desequilibran, la imaginación se azora, se ensombrece, se puebla de fantasmas.
Esas gentes son tan silenciosas y hurañas que uno tiene la impresión de verse frente a un recóndito enigma del que más vale no intentar averiguar nada. Y ese sentimiento de extraño desasosiego se recrudece cuando, desde un alto del camino, se divisan las montañas que se alzan por encima de los tupidos bosques que cubren la comarca.