Jamás ganarás un partido a menos que superes al tipo de enfrente de ti. El marcador no importa nada. Sólo vale para los aficionados. Tú tienes que ganar la guerra con el hombre que está frente a ti. Tienes que ganarle a tu hombre
El estadio de Zlin, situado en la zona industrial y feísimo, se halla enfrente de la central eléctrica: el viento barre el humo de las chimeneas, el hollín y el polvo, que caen en los ojos de los deportistas. Pese a tales inconvenientes, a Emil comienza a gustarle ese estadio, el aire pesado que se respira en él es bastante más puro que el del taller.
Cada audición es como dar un examen. La macana es que no hay tres tipos delante de uno. Creo que hay más; por lo menos, cuatro. Empiezo el programa con un pánico loco y lo termino igual, destrozado como si hubiera subido al Tupungato.
Cuando se discute no existe superior, ni inferior, ni títulos, ni edad, ni nombre: sólo cuenta la verdad; delante de ella todo el mundo es igual
Ningún ser humano tiene el derecho de iniciar el uso de la fuerza contra otro.
Discuto muy bien. Preguntad a alguno de los amigos que me quedan. Puedo ganar una discusión sobre cualquier tema, contra cualquier oponente. La gente lo sabe, y me evita en las fiestas. A veces, como signo de gran respeto, ni siquiera me invitan.
Cuando yo tomé la decisión de dejar el segundo año de Medicina, mi padre sintió que cometía una aberración al abandonar mi carrera para dedicarme a ser actor. Pero enfrenté con valentía la rigidez de su carácter. Yo sabía que el ser actor era tan noble, digno e importante como ser médico, y que tenía que prepararme. Me dediqué a estudiar y sigo estudiando.
A la señora de enfrente
En mi opinión, he sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal; el océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mí.
La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable. pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infini
Sí, hubo oportunidades, estoy seguro que habían, en donde había que mandar todo a la mismísima mierda. Pero al final, cuando había dudas, me lo inyectaba, o lo mandaba a la mierda. Lo enfrenté todo, y lo hice a mi modo.
Cuando yo tomé la decisión de dejar el segundo año de Medicina, mi padre sintió que cometía una aberración al abandonar mi carrera para dedicarme a ser actor. Pero enfrenté con valentía la rigidez de su carácter. Yo sabía que el ser actor era tan noble, digno e importante como ser médico, y que tenía que prepararme. Me dediqué a estudiar y sigo estudiando.