El verdadero valor conoce el miedo. Las personas honestas valoran la vida apasionadamente, se aferran a ella como si fuese una joya preciosa, y eligen el momento y el lugar apropiados para entregarla, para morir con dignidad.
Voy a considerar mi cuerpo como una barca, un vehículo para ir y venir, y para que todos los seres sintientes disfruten de bienestar, lo transformaré en una joya iluminada que colma todos los deseos.
El puente colgante en lo alto y en todas direcciones balancea la lluvia fresca.