Que la humanidad deje de estar dominada por el deseo de alcanzar ganancias inútiles. Que se renueve entre los pueblos el sentimiento internacional de la solidaridad.
Empezar desde cero, encendiendo el fuego que me pone a temblar. Comenzando de nuevo, convenciendo al tiempo que me deje suspirar. Uno a uno tus besos van brincando el cerco, y te quiero más y más.
No estaría exagerando si dijera que si toda la bebida de licores fermentados fuera abolida, todo tipo de delincuencia pasaría a un cuarto de su valor actual, y el tono del sentimiento moral en el orden más bajo podría ser por tiempo indefinido elevado
Mis primeras canciones estaban llenas de rabia, a medida que pasaba el tiempo fueron adquiriendo un tono más optimista y poco a poco fueron virando hacia el pop, sobre todo a medida que yo me iba sintiendo más feliz
Sonaba tan real, tan cercano. Sólo cuando desaprobaba mi conducta, como ahora, emergía el verdadero recuerdo de su voz, la textura aterciopelada y la entonación musical que la convertían en el más perfecto de los sonidos.
Cuando estuve encarcelado, comprendí otra cosa: que se puede tener a un solo hombre por todo auditorio y, a través de él, hablar a toda la humanidad. Sin gritar: en voz baja, con una entonación muy de charla, muy íntima.
Yo escribía para ella. Y cuando faltó su juicio, me faltó la referencia. Dejé de hacerlo, dejé de escribir, y esta situación duró años. En ese tiempo pensé a veces que todo se había terminado
Que la humanidad deje de estar dominada por el deseo de alcanzar ganancias inútiles. Que se renueve entre los pueblos el sentimiento internacional de la solidaridad.
Las personas dicen que la felicidad es reírse todo el tiempo y disfrutar de una buena chuleta o de un filete de ternera e irse a gusto a la cama, ganar un juego y cosas así. Esto es estúpido. No hay nada de eso. Se necesita un contraste. No lo disfrutas. Eso no es la vida. La vida es: hincarle el diente, tomarla absolutamente tal como es.
Si no te gusto es que tienes un problema.
Si hubiera de besarte aquí lo llamarían un acto de terrorismo; así es que llevémonos las pistolas a la cama y despertemos a la ciudad a medianoche como bandidos borrachos celebrando con andanadas, el mensaje del sabor del caos.
Los días no adquieren sabor hasta que uno escapa a la obligación de tener un destino.
El artista no sabe quién le empuja, cuál es su referencia, por qué escribe o por qué pinta, por qué razón dejaría de hacerlo. En mi caso estaba bastante claro. Yo escribía para ella. Y cuando faltó su juicio, me faltó la referencia. Dejé de hacerlo, dejé de escribir, y esta situación duró años. En ese tiempo pensé a veces que todo se había terminado.
El día que leí que el alcohol era malo para la salud dejé de leer.
La alegría de los pobrecitos hombres, aunque tenga motivo sobrenatural, siempre deja un regusto de amargura. -¿Qué creías? -Aquí abajo, el dolor es la sal de nuestra vida.
Necesitaba consolarme. A menudo acudía a unas veladas que tenía lugar en casa de un viejo amigo aun sabiendo que sólo me dejaban las heces de una charla vacía y un regusto amargo.
La tonalidad y el lenguaje corporal determinan que la palabra Hola signifique un simple reconocimiento, una amenaza, una humillación o un agradable saludo.