Todo para nosotros y nada para los demás parece haber sido la máxima abominable de los amos de la humanidad en todas las edades del mundo.
El odio es la cadena más abominable con la que una persona puede obligar a otras.
... encuentro que el género humano es execrable en general y los hombres, por su orgullo y desmedida ambición, en particular.
¡Cielos! me decía, ¿Es posible que esos dos seres tan amables y amantes no sean más que dos duendes, acostumbrados a encarnarse en toda suerte de formas para burlar a los mortales? ¿Es posible que no sean más que dos brujas o, cosa más execrable aún, dos vampiros a quienes les está permitido animar los cuerpos odiosos de los ahorcados del valle?
El poder que tiene el gobierno para meter a un hombre en la cárcel sin formular ninguna acusación conocida por la ley, y en especial para negarle el juicio de sus semejantes, es aborrecible en gran medida, y constituye el fundamento de todos los gobiernos totalitarios, ya sean nazis o comunistas.
El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.
Soy crítico meteorológico, señor. La tormenta de anoche. Floja iluminación de los relámpagos, yuvia repetida, escenografía pobre y pésimo sonido de los truenos en otro fiasco de esta puesta en escena de Tata Dios. Una típica propuesta de verano, liviana, pasatista, para un público poco exigente.
No es que sea pesimista, es que el mundo es pésimo
Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo.
Vuestro propósito es tan odioso como despreciable vuestra ira. Volved por donde habéis venido o pronto sabremos qué ira es más terrible.
Un anónimo es deleznable y cobarde, rehuye la responsabilidad y es un modo libre e impune de calumniar.
La costumbre de ver el buen lado de cada cosa vale una fortuna. Todas las cosas tienen un lado bueno y otro malo y si sólo consideramos lo malo, nos parecerá que estamos en un mundo insoportable
La muerte es parte de la vida, es el cierre biológico y necesario de un ciclo. Sería insoportable ser inmortal.
Después de todo, ¿qué es la moda? Desde el punto de vista artístico una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses.
La moda es una forma de fealdad tan intolerable que es necesario cambiarla cada seis meses
Nadie puede en su vida escapar a una deplorable crisis de entusiasmo.
No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúata sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable
El cinismo es una manera desagradable de decir la verdad.
La ignorancia es desagradable cuando la acompañan las riquezas.
En la naturaleza, una repugnante oruga se transforma en una mariposa encantadora; en cambio, entre los hombres ocurre lo contrario: una encantadora mariposa se transforma en una oruga repugnante.
Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres.
El espectáculo era tanto más repulsivo cuanto que los horribles cadáveres, agitados por el viento, se balanceaban de manera fantástica, mientras buitres atroces los tironeaban para arrancarles jirones de carne; apartando los ojos con espanto, me hundí en el camino de las montañas.
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
La literatura. A lo que no tenga encanto y cierta serenidad no podremos llamarlo literatura. Incluso en la crítica debe hallarse alguna amenidad; si falta por completo, entonces ya no es literatura. En los periódicos encontramos todo el tiempo esta repelente controversia. Donde no hay ninguna delicadeza no hay literatura.
Como humorista profesional, recibo a menudo cartas de lectores interesados en la naturaleza básica del humor. '¿Qué clase de persona enferma, perversa y repelente eres...?', suelen preguntar, '¿... que hace chistes sobre prender fuego a una cabra?
Tengo que agradecerte, Señor -de tal manera todopoderoso, que has logrado construir el más horrendo de los mundos-, tengo que agradecerte que me hayas hecho a mí tan bella en especial. Que hayas construido para mí tales tersuras, tal rostro rutilante y tales ojos estelares.
Mi deber es hablar, no quiero ser cómplice. Mis noches se verían asediadas por el espectro del inocente que, padeciendo el más horrible suplicio, expira un crimen que no ha cometido.
La lengua de Goethe sonaba horrible en medio de la noche en las estaciones rusas, pero el ruso que hablaban los colaboradores de la policía alemana era todavía más siniestro.
Cuando la ley y la moral se encuentran en contradicción, el ciudadano se encuentra en la cruel disyuntiva de perder la noción de lo moral o de perder el respeto a la ley, dos desgracias tan grandes una como la otra y entre las cuales es difícil elegir.
La realidad es lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos y la creencia en Dios es simplemente una huida de nuestra vida monotona, estupida y cruel