El exceso de trabajo repugna a la naturaleza humana, pero no el trabajo. El exceso de trabajo para proveer a una minoría los lujos, pero no el trabajo que origina el bienestar de todos. El trabajo, la labor, es una necesidad psicológica; la necesidad de gastar la energía física acumulada; una necesidad que es en sí la salud y la vida.
El dolor lleva a buscar las causas de las cosas, mientras que el bienestar induce a la pasividad.
Por tanto, no hay disciplina alguna que examine y ordene la conveniencia del más fuerte, sino la del ser inferior y gobernado por ella.
Se llama matrimonio de conveniencia a la unión entre personas que no se convienen mutuamente
No hay desierto como el vivir sin amigos; la amistad multiplica los bienes y reparte los males, es el único remedio contra la adversa fortuna, y un desahogo del alma.
Soy un hombre que desearía vivir una vida heroica, hacer el mundo más soportable a su vista. Si en algún momento de debilidad, de relajación, de necesidad, me desahogo dejando escapar un poco de cólera ardiente cristalizada en palabras -un sueño apasionado, envuelto y atado en imágenes- entonces... Tómenlo ó déjenlo, ¡Pero no me molesten!
La vida tiene una ventaja contra la literatura: el sexo. No hay sexo, por malo que sea, que no le gane a la mejor escena erótica. Se supone que, como los boxeadores, no hay que tener sexo mientras se escribe una novela. Es por eso que se escriben libros gordos. Es pura desesperación.
La ventaja de los fuertes es plantear las cuestiones cruciales y formar opinión sobre ellas. Los débiles siempre tienen que decidir entre alternativas que otros plantean.
Hay que vivir el día a día y el resto de cosas vienen solas. Si alguna vez tengo la oportunidad de trabajar en Hollywood será una sorpresa y una alegría. O igual salgo horrorizada...
Mira cada día como una oportunidad para invertir en la vida. Una oportunidad para compartir tu experiencia con alguien más. Cada día es una oportunidad de crear milagros en la vida de los demás
Todo lo que puede sustituirse con facilidad puede ser abandonado más fácilmente.
Esos colonos presidentes son auténticos rebanadores de cabezas; cortan una nuca con la misma facilidad que una corneja arroja nueces, sea justo o no sea justo, no se paran en mientes; el rigorismo lleva, como la propia Themis, una venda sobre los ojos puesta por la estupidez...