El anarquista niega el derecho de todo gobierno -sea autocrático o democrático- a inmiscuirse en su libertad individual
No creo que nadie tenga derecho a inmiscuirse en tu vida, pero lo hacen. Quiero a las personas que separan la actriz de la mujer.
Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.
No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.