Puede parecer contraproducente argüir que la felicidad y los negocios tienen algo que ver entre sí, pues para la mayoría de las personas, el trabajo en el mejor de los casos, es un mal necesario, y en el peor, una carga. Sin embargo, ambas cosas están inextricablemente unidas.
Yo he indicado al congreso la necesidad de defender la República, haciendo la guerra en el Perú, y ahora no debo insistir en alegar otras razones que las que expone el Libertador
Yo respeto cualquier opinión de cualquier persona o institución en el mundo, pero tengo el mismo derecho a replicar cuando creo que están mintiendo o que están hablando la verdad a medias o que se sustentan en mentiras para hacer acusaciones permanentes contra Venezuela
La manera más desagradable de replicar en una polémica es la de enojares y la de callar, pues el agresor interpreta ordinariamente el silencio como un desprecio.
¿Pero acaso - podríase objetar desde luego- renuncia un partido revolucionario a ejercer presión sobre la burguesía y su gobierno? Evidentemente, no.
El que dice que todo acontece por necesidad nada puede objetar al que niega que todo acontece por necesidad, pues esto mismo afirma que acontece por necesidad.
Es grave que los jueces, por no contradecir a la prensa, admitan un hecho no corroborado por pruebas materiales
Sabed contradecir y confundiréis a los filósofos
Esto prometo: ejercer mi medicina y no apartarme de ella mientras Dios me consienta ejercerla, y refutar todas las falsas medicinas y doctrinas. Después, amar a los enfermos, a cada uno de ellos más que si de mi propio cuerpo se tratara. No cerrar los ojos, y orientarme por ellos, ni dar medicamentos sin comprenderlo ni aceptar dinero sin ganarlo
Es imposible refutar al ignorante en una discusión
Rehúso discutir con los que siento menos sensibles a la verdad que yo.
El cristianismo se irá. Se desvanecerá y se encogerá. No necesito discutir eso, estoy en lo cierto y se demostrará. Somos más populares que Jesús ahora. No sé que desaparecerá primero: el rock and roll o el cristianismo. Jesús estaba bien, pero sus discípulos eran torpes y ordinarios. Eso es lo que lo distorciona y lo que arruina para mí.
Mejor es precaver lo venidero que disputar sobre lo pasado.
La derrota de la Copa me preocuparía si hubiéramos estado tan mal, pero yo no lo vi así. Mis sensaciones son que estamos muy cerca de ser campeones de Liga y que vamos a disputar otra semifinal de Champions. Quizá queda corto para este club que tanto exige, pero es un gran premio para estos jugadores. Los añoraréis cuando no estén, ya lo veréis.
Se pueden y se deben, naturalmente, impugnar los monopolios e instituciones semejantes, ya que es indudable que empeoran la situación del trabajador;...
Muchas veces es mejor perder la viña que pleitear por ella.
Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda
No hay ninguna filosofía de la vida que un hombre razonable no pueda fundamentar de manera convincente.
La vía del Arte se ha de fundamentar no sólo en las emociones burdas y ni siquiera en los sentimientos, sino que ha de desarrollar la intuición de los Arquetipos, de las Ideas Primeras que, en su perfección, incluyen por lógica la Belleza
Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima.
Cuando usted entra en una librería tradicional, lo primero con lo que se topa es con los best-sellers, aunque jamás compre un best-seller. Y es que las tiendas físicas están pensadas para responder a los deseos del mítico consumidor medio
El príncipe puede matar un millar de dragones, pero no puede destruir castillos o destronar reyes. No va con su carácter. Es un hijo obediente que trata, ¡Ay de él!, de ser digno del hombre al que llama su padre.
La fe es un hecho en los que la poseen. Y les resulta inútil disertar sobre ella a aquellos que no la tienen.
Creo que uno de los progresos más notorios es que ya no se siente la necesidad compulsiva de argumentar o justificar las cosas. Estamos mucho más dispuestos a admitir que ciertas cosas son instintivas y otras son intelectual.
En varias cárceles especiales, como la que dirigía Duch, se torturaba a los sospechosos para que revelasen los nombres de sus cómplices y luego se les ejecutaba de forma sistemática. Las confesiones extraídas a las víctimas permitían mantener la ficción de las conspiraciones, que debían servir para explicar los fallos económicos y justificar la dictadura, convertida en un fin en sí misma.