¡Cómo he podido equivocarme de este modo! Toda mi vida he sabido protegerme de los expertos ¿Por qué habré sido tan estúpido que les he dejado ahora obrar por su cuenta? (Comentario sobre la invasión de bahía Cochinos).
No tiene el mundo flor en la tierra alguna,ni el mar en ninguna bahía perla tal,como un niño en el regazo de su madre.
Si vuestra majestad lo ve así, entonces vuestra majestad no me ha interpretado bien, pues siempre he considerado sumamente indecoroso y absurdo que la mujer tome el puesto de instructora o maestra de su señor y marido; ella debe aprender de su marido y ser enseñada por él.
La desgracia, al ligarse a mí, me enseñó poco a poco otra religión, distinta a la religión enseñada por los hombres.
Leer les dará una mirada más abierta sobre los hombres y sobre el mundo, y los ayudará a rechazar la realidad como un hecho irrevocable. Esa negación, esa sagrada rebeldía, es la grieta que abrimos sobre la opacidad del mundo. A través de ella puede filtrarse una novedad que aliente nuestro compromiso.
No me quejaré. He recibido la vida como una herida y he prohibido al suicidio que cure la cicatriz. Quiero que el Creador contemple, en cada hora de su eternidad, la grieta abierta. Es el castigo que le inflijo.
Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido.
Pocos sospechan al percibir la primera fisura en una pieza de porcelana que esa delgada línea basta para hacerla estallar.
Como Antístenes, filósofo cínico, tuviese la capa rota y la anduviese enseñando a todos, díjole Sócrates: Por la hendidura de tu capa conozco tu vanidad. Quiso dar a entender que peor era aquella presunción que tenía enseñando su capa rota, que si trajera una vestidura más rica.
Este pez podría alimentar a mucha gente, pero ¿Serían dignos de comérselo? No claro que no.
Pero cuanto más se abren ante mí las tinieblas del fascismo, más claro veo que lo humano es indestructible y que continúa viviendo en el hombre, incluso al borde de la fosa sangrienta, incluso en la puerta de las cámaras de gas.
De perpetuarse el gobierno actual en el poder, ya sea merced a una reforma constitucional o por la fuerza, en la estólida senda de trocar nuestro sistema representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, nuevamente serán las Fuerzas Armadas y de seguridad las que lo impedirán por imperio de lo normado en la Constitución argentina
Ecuatorianos, una vez ya les lleve por la senda de la estabilidad y el bienestar, y a ella volveremos
A la desgracia hay que enfrentarse con amor: él nos consolará y nos devolverá la alegría. El amor es el mejor remedio. En los pliegues del infortunio se esconde la felicidad, como el diamante en la grieta de la mina. Dejémonos instruir por la sabiduría del amor.
Guárdate de los gastos menudos; una pequeña grieta puede hundir un barco.
Son mis ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un hombre: no todo está perdido, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido.
Pocos sospechan al percibir la primera fisura en una pieza de porcelana que esa delgada línea basta para hacerla estallar.
Como Antístenes, filósofo cínico, tuviese la capa rota y la anduviese enseñando a todos, díjole Sócrates: Por la hendidura de tu capa conozco tu vanidad. Quiso dar a entender que peor era aquella presunción que tenía enseñando su capa rota, que si trajera una vestidura más rica.
Decía Ikea: 'Yo le digo a toda España: Me he formado como jugador y como persona allí, está claro que sería un honor devolver en la pista todo lo que me ha dado en la vida.' Todo un ejemplo. Todo un ejemplo de patriotismo.
Es claro que mis bromas son de muy mal gusto, impropias y confusas; revelan mi inseguridad... ¿Como puede respetarse a un hombre con mi lucidez de percepción?
Tengo un defecto en la nariz que es muy molesto, que me sucede igual en Vigo que en Madrid. No sé porque cuando me pongo muy nervioso, me da un picor irresistible en la nariz... Como me pica la nariz, ya no lo puedo resistir
¡Camina, venga, no mires hacia atrás ni hacia adelante; pica piedras como un peón, con la cabeza gacha, latiéndote el corazón siempre, siempre!
La excesiva libertad es base de muchos errores, y la senda del deber, mientras más estrecha, más segura
Nos hallamos en los principios de la senda colocada frente a nuestros ojos, y es necesario recorrerla hasta el fin, en todas sus escabrosidades, a costa de todos los sacrificios, como corresponde a nuestra historia y a nuestros antecedentes nunca desmentidos ni manchados.