La ingenuidad es una fuerza que los astutos hacen mal en despreciar
No existe ningún hombre que tenga el derecho de despreciar a los hombres.
Que cada uno se contente con ser honesto, quiero decir con cumplir su deber y no fastidiar al prójimo, y entonces todas las utopías virtuosas se verán rápidamente rebasadas.
También a un gran hombre lo puede exasperar una miserable mosca
Conocer el pasado es una forma de liberarse de él porque sólo la verdad permite asentir o repudiar con total lucidez.