Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo; hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos.
El aire es utilísimo para la vida. Siempre que os pongáis delante de un hombre debéis recordar este aforismo: Un hombre, por mucho que valga, vale menos que el volumen de aire que desaloja
Mas no es el autor, sino la autoridad de la Iglesia, lo que hace de un libro un texto canónico.
En este libro he tratado de describir los tipos de experiencias que han hecho de mí lo que soy, yo, personalmente, y de distinguir los tipos de experiencias que podrían formar parte de una manera de educar a los niños y de ver el mundo que incluye el pasado y el futuro como aspectos del presente, el presente de cualquier generación.