Para gozar de placeres intensos, también hemos de soportar intensos dolores. (...) Cuanto más capaces somos de amar a otra persona y gozar de su compañía, mayor debe ser nuestro dolor por su muerte o su separación. Cuanto más se aventura en nuestra experiencia el poder de la conciencia, mayor es el precio que hemos de pagar por su conocimiento.
Hasta la actualidad, donde cada año sacamos nuevos modelos de automóviles y la producción y el intercambio de productos sólo tiene sentido si suponemos que mejoran la calidad de nuestra experiencia. Los clientes están dispuestos a pagar por productos y servicios que creen les harán felices. La pregunta es: ¿Qué es lo que en realidad conduce a la felicidad?
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿Qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
El que Parma o España, o cualquier soberano de Europa, se atreva a invadir las fronteras de mi reino; lo cual, si sucediera, antes que una mancha caiga sobre mi honor por mi culpa, yo misma empuñaré las armas, yo misma seré su caudillo y su juez, y sabré recompensar sus virtudes en el campo de batalla.
Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.
Ninguna guerra en función de abstracciones, puede compensar la muerte de ninguno de nuestros hijos.
Nada ni nadie puede compensar a las numerosas víctimas de la lacra terrorista por la irreparable pérdida de sus vidas, por el sufrimiento que genera sus heridas o por la dolorosa huella que dejan sus cicatrices.
El dinero permite al mediocre satisfacer sus vanidades más inmediatas.
Las masas perdieron su carácter poético con el cristianismo. No me hable usted de los tiempos modernos, a propósito de lo grandioso. No dan ni para satisfacer la imaginación de un folletinista de la peor calaña.
Una coqueta es una mujer que despierta pasiones que no tiene el propósito de gratificar
El Estado tiene por necesidad que proveer a la subsistencia del pobre que ha cometido un crimen mientras sufre el castigo, el no hacer lo mismo por el pobre que no ha faltado a la ley equivale a premiar el crimen.
El que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio.
Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes ante mi vista.
Si uno es denostado o injuriado, el remedio no consiste en devolver el insulto ni en resistirse. Simplemente hay que quedarse quieto. Esta quietud dará paz al injuriado, pero inquietará al ofensor, hasta que éste se vea impulsado a admitir su error ante la parte injuriada.
Vivir sólo merece la pena cuando tenemos dificultades ante nosotros dijo Hideyoshi. De lo contrario no hay ningún incentivo. Y nada sería más dulce que devolver la paz a un nuevo dominio que te ha entregado Su Señoría y gobernarlo bien. Allí serás el dueño y podrás hacer lo que quieras.
La idea de un ser divino y omnipotente está por todas partes, si no con reconocimiento consciente, entonces con aceptación inconsciente... Por eso, considero que es más sabio reconocer conscientemente la idea de Dios; de lo contrario, otra cosa llega a ser dios, generalmente algo muy impropio y estúpido.
La grandeza de un hombre consiste en saber reconocer su propia pequeñez.
El propósito de los medios masivos... no es tanto informar y reportar lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo a las agendas del poder corporativo dominante