A lo largo de los períodos históricos, la mayor parte de los hombres había estimado correcto, al avanzar en edad, hacer alusión a los problemas del sexo como si no se tratara más que de chiquillerías sin importancia y considerar que los temas de verdad, los temas dignos de la atención de un hombre maduro, eran la política, los negocios, la guerra, etcétera.
Aquí no hay derrotados. El único derrotado en estas elecciones, no tiene documento nacional de identidad. El único derrotado es aquel que con su negro dinero quiso extender su gobierno petrolero hasta el Perú. ¡Aquí está la democracia que le ha dicho no!. (En alusión a Hugo Chávez).
Mi idea del atractivo femenino camina por la vereda de enfrente de la plena exposición. Seduce mucho mejor una insinuación que una aparatosa muestra gratuita del físico.
Los pueblos igualitarios sienten repugnancia y temor ante la más ligera insinuación de ser tratados con generosidad o de que una persona piense que es mejor que otra.
El tiempo no puede ser detenido, no puede ser invertido, no puede ser retenido. Es unidimensional. No hay retroceso posible. Y en última instancia, el mismo proceso del tiempo es muerte, porque estás perdiendo ese tiempo, te estás muriendo.
En aquel momento se podía pagar con cheques una vivienda, no necesitaba sacar los dólares del banco, llevarlos a un escribanía. Todo eso que ocurre ahora, tiene que ver con un retroceso que se produjo por presiones de los sectores interesados