Tiene la ferocidad del león, la cobardía de la liebre, la astucia del zorro...
Pereza y cobardía son las causas merced a las cuales tantos hombres continúan siendo con gusto menores de edad durante toda la vida, pese a que la naturaleza los haya librado hace ya tiempo de una conducción ajena (haciéndoles físicamente adultos); y por eso les ha resultado tan fácil a otros erigirse en tutores suyos.
Al principio, sintió tristeza por la pérdida de su viejo amigo. Después, experimentó inseguridad, y la inseguridad se convirtió en temor. Jamás aprendería a ser feliz, hasta que un día...Aceptó por fin la única verdad. Sólo en él radicaba la capacidad para encontrar la felicidad.
Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza.
Una blandura que no enternece, una energía que no fortalece nada, una concisión que no dibuja ningún tipo de rasgos, un estilo del cual no emanan ni sentimientos ni imágenes ni pensamientos no posee ningún mérito.