La (exactitud de la) ciencia se encuentra acotada por el límite impuesto por el principio de incertidumbre de Heisenberg, que a su vez define el caos subyacente a toda vida.
La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
La incertidumbre erosionaba sus pensamientos, y sentía la amargura que de la indecisión puede alimentar.
Ahora es el tiempo de los claroscuros, de las manos memoriosas, de esta indecisión con la que llega la mañana y entran por las rendijas los dedos del sol.
Una de las tragedias del hombre es la irresolución de su vida entre los dos polos del enamoramiento: la sensualidad y el amor.
Ahora bien, si hay algo en la vida humana que conviene afrontar con vacilación y que incluso se debe evitar, conjurar y mantener lejos por todos los medios, es sin duda la guerra,...
Sin vacilación profetizo la ruina a aquel Estado en el que la ley depende del poder del gobernante y no es ella misma quien gobierna.
Lo que denominamos el mal es la inestabilidad inherente a la humanidad entera que lleva al hombre fuera de sí, más allá de sí, hacia un algo insondable, exactamente igual que si la Naturaleza hubiese infundido en nuestra alma una irremediable porción de inestabilidad, procedente de sus restos de antiguo caos
La inestabilidad del sistema político europeo es más seria en el flanco sur del continente.
Pero no era feliz, no lo había sido nunca. ¿De dónde venía aquella inconsistencia de la vida, aquella podredumbre fulminante de todas las cosas en las que trataba de apoyarse?
La inconsistencia es lo único en que los hombres son consistentes.
La inconstancia es un pecado especial de la prudencia
Hay una inconstancia que proviene de la ligereza del espíritu o de su debilidad, que le hace acoger todas las opiniones ajenas, y hay otra, más excusable, que proviene del hastío de las cosas.
El derecho a la oscilación de mi puño termina donde comienza la nariz del otro hombre.
Sobre la superficie de una corriente rápida es imposible distinguir los reflejos, tanto próximos como lejanos; aunque el agua no sea turbia, aunque la espuma no la cubra, la constante oscilación de la corriente, el inquieto burbujear del agua hacen que los reflejos sean deformes, imprecisos, incomprensibles.
En Argentina, lo que le pasa al equipo incide mucho en la vida del hincha, ¿entendés? Si el cuadro gana, el hincha se euforiza en su vida personal, particular. Si el equipo pierde, se deprime proporcionalmente, afectando todas sus actividades. Entonces, eso hace que perder o ganar sea muy importante y esa presión se acumula finalmente encima del entrenador. Cuando vivís presionado por esa vorágine resulta que vos, como técnico, terminas pagándolo con algún desequilibrio en tu vida personal.
Grandes desniveles en el espíritu, crean el desequilibrio propicio al genio.
Cuando me dicen que mis coches consumen demasiado o que son demasiados peligrosos por su potencia, me dan ganas de reír. La vida misma es un cotidiano consumo de energía y riesgo
Es indigno de hombres excelentes desperdiciar las horas como esclavos en la labor de calcular lo que sin riesgo podría relegarse a alguien más si se utilizaran máquinas.
..., cuando un hombre, por causa de su aspereza natural, pretende retener lo que, siendo superfluo para él, es necesario para los demás, y, debido a la terquedad de sus pasiones, no puede corregirse, habrá de ser expulsado de la sociedad por constituir un peligro para ella.
Todo pensador pone una porción de un mundo aparentemente estable en peligro y nadie puede predecir por completo lo que surgirá en su lugar.
La individualidad, concebida como un desarrollo temporal implica incertidumbre, indeterminación o contingencia. La individualidad es la fuente de todo lo que es impredecible en el mundo.
El pensamiento no es sólo conocimiento / detección de las constancias, regularidades, leyes, presentes y en acción en la naturaleza. Es también estrategia, y como toda estrategia no sólo debe utilizar al máximo su conocimiento del orden, sino también afrontar la incertidumbre, el alea, es decir, las zonas de indeterminación y de impredictibilidad que encuentra en lo real.
Un hombre que ha recibido una buena educación puede camuflar, con su inteligencia y su elocuencia, su pusilanimidad o su estupidez, que son su verdadera naturaleza.