Un trasiego de tópicos, de alegre trapicheo con palabras vacías de sentido, de chatarra retórica sin hueso argumental ha acabado por vetar los debates sobre los problemas de los ciudadanos, los de ahora y los que han de llegar. Esa vaguedad no guarda ninguna relación con la inevitable abstracción de los principios, de los ideales.
Todo el mundo nace con algún talento especial y Eliza Sommers descubrió temprano que ella tenía dos: buen olfato y buena memoria. El primero le sirvió para ganarse la vida y el segundo para recordarla, si no con precisión, al menos con poética vaguedad de astrólogo.
Siempre he querido para ti lo que has querido para ti mismo. Y aún así quería salvarnos contra viento y marea. Y seguí ignorando la ambivalencia que sentías. Y mientras tanto me perdí a mi misma... Mientras tanto me perdí a mi misma... Lo siento me perdí a mí misma...lo siento. (That Particular Time - 2002).
Por tanto, el mayor obstáculo de nuestro progreso en ciencias morales o metafísicas es la oscuridad de las ideas y la ambigüedad de los términos.
Por muy bien hechos que estén los puntos de sutura, se vive con dificultad cuando nuestras vísceras han sido substituidas por la añoranza de una persona; parece que ésta ocupara más lugar que aquéllas, la sentimos continuamente, y además ¡qué ambigüedad verse obligado a pensar una parte del propio cuerpo!
Es cierto que los físicos esperan remontarse a la fase previa a la 'gran explosión' e incluso explicar el origen del universo como un tipo de fluctuación, por ejemplo. Pero una fluctuación ¿de qué? ¿Y qué la originó? A mi juicio, todo indica que la cuestión del origen quedará siempre sin dilucidar si nos limitamos a analizarla desde una óptica científica