El pulido y el acabado son al estilo lo que el barniz a los cuadros; los conserva, los hace durar, de alguna manera los eterniza.
No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.