El aseo del vizcaíno es proverbial ; el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año. Oíd hablar a un vizcaíno, y escucharéis la más eufórica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español, y si sólo le oís rebuznar, podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias.
Siendo niño mi familia tuvo que trabajar en tareas de limpieza y vivir en una furgoneta vieja. Pero por Dios le juro que incluso en aquellos tiempos lograba hacerles reír, aunque fuera con una imitación, un pedo o un baile.
Euskadi es el único rincón de Europa donde se mata por las ideas. Es el último reducto del fascismo y de la limpieza ideológica.
Yo tengo mucho cuidado con los pensamientos de orgullo propio porque conozco a tantos idiotas que se creen los reyes del corso que quién me asegura a mí que no soy uno más de ellos.
Yo nunca habría tenido éxito en la vida si no me hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que le dediqué a las más grandes
El militar es una planta a la que hay que cuidar con esmero para que no dé sus frutos.
... Esdras vemos que éste se esmeró no sólo en investigar la ley de Dios, sino también en embellecerla;...
Para amasar una fortuna no se requiere ingenio, lo que es preciso es carecer de delicadeza
La homosexualidad es un desorden objetivo. La Iglesia Católica debe acoger con respeto, compasión y delicadeza a todas las personas homosexuales, pero exigiéndoles también que vivan en castidad.
¿Es que puede existir algo antes de la nieve? Antes de esa pureza implacable, implacable como el mensaje de un mundo que no amamos, pero al cual pertenecemos y que se adivina en ese sonido todavía hermano del silencio.
Se dejó arrastrar por los impulsos que retuercen al hombre que se siente por primera vez a las puertas de la cárcel, impulsos ciegos que conducen a un desdichado a jugarse la vida en un naipe o en una mujer. Quizá buscando en el naipe y en la hembra una consolación brutal y triste, quizá buscando en todo lo más vil y hundido cierta certidumbre de pureza que lo salvará definitivamente.
La curiosidad no es más que vanidad. En la mayoría de los casos, sólo queremos saber algo para hablar de ello.
La curiosidad en el lenguaje es un peligro de vanidad