El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña
Toda obra de caridad auténtica es entonces una manifestación concreta del amor de Dios por los hombres y así se convierte en anuncio del Evangelio.
El pecado más grande, después del pecado, es la publicación del pecado.
Ninguna otra publicación mía ha provocado un entusiasmo tan grande o tan violenta hostilidad.