Sinónimos de oidor

Sinónimos de oidor en sentido de Antiguamente, ministro que oía y sentenciaba:

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  • Yo hasta la fecha había llamado de todo a los partidos que sustenta en Gobierno, pero no poetas porque tú eres ministro de Defensa gracias a los poetas de Esquerra Republicana e Iniciativa per Cataluña que sostienen también que Cataluña es una nación

    José Bono

    El hombre no ha nacido para ser grande. Un mínimo de grandeza ya lo deshumaniza. Por ejemplo: un ministro. No es nada, dirán. Pero el hecho de ser ministro ya le entorpece. Es como si tuviera algodón por dentro, y no entrañas vivas.

    Nélson Rodrigues
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  • Que el ciudadano obedezca respetuosamente a los magistrado, que el magistrado obedezca ciegamente a las leyes.

    Mariano Moreno

    Cualquier institución que no suponga la bondad de la gente, y al magistrado corruptible, es mala

    Maximilien Robespierre
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  • ¡Nunca sigas impulsos compasivos! ¡Ten los garfios del Odio siempre activos, los ojos del juez siempre despiertos! ¡Y al echarte en la caja de los muertos, menosprecia los llantos de los vivos!

    Almafuerte

    El juez debe tener en la mano el libro de la ley y el entendimiento en el corazón.

    Francis Bacon

    Otros sinónimos de oidor

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  • El ministro debe morir más rico de buena fama y de benevolencia que de bienes

    Nicolás Maquiavelo

    No existe ningún buen ministro de Finanzas; solo los hay malos y peores

    André Kostolany
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  • El tiempo es un magistrado muy antiguo, que más tarde o más temprano llama a todos al tribunal.

    William Shakespeare

    Toda institución que no suponga que el pueblo es bueno y el magistrado corruptible, es viciosa.

    Maximilien Robespierre
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  • La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien

    José de San Martín

    El principio de que cada cual es el mejor juez de sus propios intereses, interpretado como lo interpretan las personas que formulan esas objeciones, probaría que los gobiernos no deberían cumplir ninguno de los deberes que se les reconocen, es decir, que en realidad no deberían existir.

    John Stuart Mill