Y es que incluso allí donde se tomó el poder de la noche a la mañana el proceso de transformación social es obligatoriamente un proceso lento.
Conviene subrayar que la crisis de la Iglesia como aparato ideológico capitalista, no significa obligatoriamente crisis de la fe cristiana. En ciertos casos puede suponer, por el contrario, una especie de florecimiento de esa fe.
Cuando el amor ha sido una comedia, forzosamente el matrimonio tiene que derivar en drama
El estado en que menos anhelan gobernar quienes han de hacerlo es forzosamente el mejor
Cuento las cosas con imágenes, así que tengo que atravesar por fuerza esos corredores llamados subjetividad.
Estos son los hechos; si uno los comprende, si toma conciencia de ellos, por fuerza surgen emociones artísticas eficaces y capaces de sensibilizar a la gente sobre estos grandes problemas
El Estado tiene por necesidad que proveer a la subsistencia del pobre que ha cometido un crimen mientras sufre el castigo, el no hacer lo mismo por el pobre que no ha faltado a la ley equivale a premiar el crimen.
...:el hombre de partido se convierte por necesidad en un mentiroso.
Compatriotas: vuestro honor, vuestra felicidad, reclaman imperiosamente vuestra más eficaz cooperación
Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.
Ningún hombre debe tener nada secreto para su mujer. indefectiblemente ella lo descubriría.
Mi familia significa para mí más que la parafernalia artificial de mi carrera. Si alguna vez tuviera que elegir entre mi carrera y mi familia, mi esposa y los niños indudablemente están a la cabeza.
La crisis y, paralelamente, la acción concienciadora de las fuerzas de vanguardia conducirán indudablemente a generalizar la toma de conciencia y a plantear en términos más claros el conflicto entre la gran mayoría de la sociedad y los actuales poderes del Estado.
Y no creáis que los zapatos en la vida en el campo de concentración, sean un factor sin importancia. La muerte empieza por los zapatos: se han convertido, para la mayoría de nosotros, en auténticos instrumentos de tortura que, después de las largas horas de marcha, ocasionan dolorosas heridas las cuales fatalmente se infectan.
Hay días en que me invade un sentimiento más negro que la más negra melancolía — el desprecio a los hombres. Y para no dejar ninguna duda sobre qué es lo que yo desprecio, sobre quién es el que yo desprecio: es el hombre de hoy, el hombre del que yo soy fatalmente contemporáneo.