El deber es la necesidad voluntaria, la carta de nobleza del hombre
Nunca se debe mirar a una persona que duerme. Es como sí abriéramos una carta que no ha sido dirigida a nosotros.
La baraja es como un pajaro, que si lo apretas demasiado lo matas y si lo sueltas por demás se vuela.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.