Ten cuidado con tus sueños; son la sirena de las almas. Ellas cantan, nos llaman, las seguimos y jamás retornamos.
Te recuerdo Amanda la calle mojada corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha la lluvia en el pelo no importaba nada ibas a encontrarte con él con él, con él, con él son cinco minutos la vida es eternal en cinco minutos suena la sirena de vuelta al trabajo y tú caminando lo iluminas todo los cinco minutos te hacen florecer.
La belleza es la apreciación, la sensibilidad a las cosas que a uno lo rodean: la naturaleza, la gente, las ideas.
La belleza sólo es necesaria al nacimiento del amor, puesto que la fealdad constituiría un obstáculo. El enamorado llega muy pronto a encontrar bella a su elegida tal cual es, sin pensar en la verdadera belleza.
Ni Emily ni Valancourt fueron conscientes de cómo llegaron al castillo, de si habían sido transferidos allí por el encanto de un hada, porque no pudieron recordar nada, y hasta que no entraron en el vestíbulo no tuvieron conciencia de que había otras personas en el mundo además de ellos.
El encanto enigmático de la Historia reside en el hecho de que, de época en época, nada cambia y aun así todo es completamente diferente.
Ni ve que su mismo fuego presto su beldad destruye, y que donde el goce empieza el placer allí sucumbe
Si a la bella se suma la discreta, y nuestra vista bebe su dulzura colmando el corazón de ansia secreta, del amor al asedio que perdura pidiendo estadio la beldad nos reta como bravo adalid en su armadura
Los galanes y los cortejos van a apostar con las señoras, y ofrecen una caja de guantes o un estuche de perfumes, en cambio de la pálida camelia que se marchita en los cabellos de la dama o del coqueto alfiler de oro que detiene los rizos en la nuca.
Todo el mundo estaba muy sorprendido cuando me empezaron a gustar nuevas cosas y empezé a cambiar mi imagen. Tenía 16 años cuando firmé el contrato y tengo 22 años ahora. Mi gusto musical y la imagen van a cambiar de forma natural. No estoy obligada, hago lo que es natural para mí. A veces me gusta ser oscura... otras veces me gusta ser muy brilllante como dama
En el agua y la lluvia el nenúfar y sus dos flores erguidas.
La televisión, esa bestia insidiosa, esa medusa que convierte en piedra a millones de personas todas las noches mirándola fijamente, esa sirena que llama y canta, que promete mucho y que en realidad da muy poco.
El mar empapaba la roca a nuestros pies todo el día y continuaba arrancándole trozo tras trozo. Una noche tú soñaste que eras una sirena aferrada a un pilón de un muelle, y que intentabas arrancar los percebes con las manos. Deseábamos que nuestras dos almas pudieran regresar como gaviotas a la roca.
El verdadero momento en que una mujer deja de querer a su marido no es cuando se decide a engañarlo, sino cuando él se entera del engaño, porque detruye el encanto de engañarle.
Ni Emily ni Valancourt fueron conscientes de cómo llegaron al castillo, de si habían sido transferidos allí por el encanto de un hada, porque no pudieron recordar nada, y hasta que no entraron en el vestíbulo no tuvieron conciencia de que había otras personas en el mundo además de ellos.
La política es bella, aunque parezca fea por lo que se le entra del interés inevitable; y su beldad está en la fatiga difícil y dolorosa de los hombres en virtud por tener la república a salvo de los que negocian con la santidad de sus oficios.
La verdad no es una ramera que se arroje al cuello de quien no la desea; al contrario, es una beldad tan desdeñosa, que aunque le sacrifiquemos todo nunca podremos estar seguros de sus favores
La gente cortesana suele ser dura con sus inferiores, porque instintivamente ejerce represalias de las humillaciones perpetuas a que se ve sometida en los palacios.
Y a medida que se destrenza mi deseo, reconstruyo los vestidos con que la cortesana se embellecerá, los sombreros armoniosos con que se cubrirá para ser más seductora, y la imagino junto a su lecho, en una semidesnudez más terrible que el desnudo.
En el agua y la lluvia el nenúfar y sus dos flores erguidas.