Sudamérica es un pan para Eva y Adán, es un hombre de color que golpea un tambor, es el canto del indio en idioma español son los picos andinos elevándose al sol.
Tenemos hambre y sed de justicia, se oye por todas partes; pero ¿cuántos de esos hambrientos se atreven a tomar el pan y cuantos de esos sedientos se arriesgan a beber el agua que está en el camino de la revolución?
Y estaban los dientes, también: casi se podían contar millares de dientes dentro de la raya de la boca, y cada pedacito menor que el otro, y más blanco.
Ahora tengo fans que se pelean por un pedacito de cualquier cosa que les tire desde el escenario. Yo ya fui un gran fan de Led Zeppelin o Pink Floyd. Pero era un fan sereno, curtía por dentro mi admiración.
Si no ves la salida, no importa, mi amor, no importa. Vos, tirá. Tirá, tirá para arriba, tirá. No hay horas perdidas, no aflojes mi amor, no aflojes. Vos, tirá.
Esto lo saben muy bien los conquistadores de ambos sexos. Una vez que la atención de una mujer se fija en el hombre, es a este muy fácil llenar por completo su preocupación, Basta con un sencillo juego de tira y afloja, de solicitud y de desdén, de presencia y de ausencia.
Cuando queremos una emoción determinada, buscamos deliberadamente en nosotros mismos hasta obtenerla: un brillante cristal rosado de placer, un verde o amoratado trozo de miedo...
En Rusia, ella abría las piernas por un trozo de pan, decía la gente después de la guerra. Windisch pensaba entonces: Es bonita, y el hambre duele.
Para mí, los mejores y más caros productos de la civilización han sido siempre -y lo siguen siendo- un libro bien escrito, en cuyas páginas haya algún pensamiento nuevo, y una pluma bien tajada con la que poder comunicar a los demás los míos propios
Aquí estás, ombú gigante a la orilla del camino, indicando al peregrino no siga más adelante en la llanura sin fin. (...) Ese destino te espera, árbol, cuya vista asombra, que al caminante das sombra sin dar al rancho madera, ni al fuego una astilla dar; recorrerás el desierto cual mensajero de vida, y, tu misión concluida, caerás cual cadáver yerto bajo el pino secular.
Cada cual aporta su astilla a la hoguera que ilumina el mundo.
Cuando digo, 'salta de un puente de mierda o raja tus muñecas', no es lo que estoy tratando de decir. Es como tener la lengua en la mejilla.
¿Es posible, que no se haya aún visto, reconocido, ni dicho nada verdadero e importante? ¿Es posible que haya habido milenios para observar, reflexionar y escribir, y que se hayan dejado transcurrir esos milenios como un recreo escolar, durante el cuál se come una rebanada de pan y una manzana?