Un día... Sobre el llanto acumulado de los seres y la eterna conmoción de los mares, se alzará la savia límpida y clara de la vida y volverá a gemir alegremente la armonía y la esperanza. Del Universo se levantará el himno más intenso y alto para cantar la grandeza del hombre
Querrá sepultar la cara entre sus manos y llorar y gemir rogando una piedad que sabe que no existe
El amor de mi hombre no conocerá el miedo a la entrega, ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento en una plaza llena de multitudes. Podrá gritar -te quiero- o hacer rótulos en lo alto de los edificios proclamando su derecho a sentir el más hermoso y humano de los sentimientos.
Yo no quiero gritar mas Pinocho! Piñeiro! Viva Micky Mus! Viva Tom y Jerry!
Ninguno de nosotros puede quejarse de su muerte, pues quien se ha unido a nosotros se ha puesto la camisa de Neso. El valor de la conciencia de un hombre se establece sólo a partir del momento en el que está dispuesto a dar su vida defendiendo sus convicciones
Cuando uno tiene motivos de quejarse de un amigo, conviene separarse de él gradualmente, y desatar, más bien que romper, los lazos de la amistad.