Perder con clase y vencer con osadía, por que el mundo pertenece a quien se atreve, y la vida es mucho más para ser insignificante
En verdad, si se considera por una parte el arte, la riqueza, el inmenso número de los medios puestos en acción, y por otra parte el fruto insignificante del resultado, es preciso convenir que la vida es un mal negocio, un negocio en el que los beneficios ni siquiera cubren los gastos
Fue, (...) como si la ciudad, en su convulsión y su desgracia, hubiera generado espontánea y necesariamente ese minúsculo universo del alma, unas pocas ventanas intactas cegadas con pintura negra. Nadie quería ver la ciudad destrozada.
¡Asia, Europa: rincones del mundo; todo el océano: una gota del universo! El Athos: un minúsculo terrón en todo el universo; todo el presente, un instante en la eternidad
Tenía los labios inmóviles, pero cuando lo miré parecieron sonreír sin hacer el más mínimo movimiento. Lo miré más fijamente, convencido de que se trataba de una poderosa ilusión en la que yo no podía penetrar. Y, cuanto más miraba, más parecía sonreír y, por último, se animó con un susurro, un murmullo, un cántico mudo.
Pon todo lo que eres en lo mínimo que hagas
Hay una mente, una mente omnipresente y omnífica. Su nombre sagrado es el amor. ¡Oh verdad de sublime grandeza! Quien se nutre sacia con ella su alma constante, escapa con una bendición de este ínfimo mundo.
El que de la verdad vive, cualquiera que él sea, aunque ínfimo y vil, puede ser útil en algo.
Mi orgullo caballeresco encuentra despreciable el hacer promesas.
Vuestro propósito es tan odioso como despreciable vuestra ira. Volved por donde habéis venido o pronto sabremos qué ira es más terrible.
La venganza sólo sirve para eternizar las enemistades en el mundo; el placer fútil que nos causa, va siempre seguido de eternos arrepentimientos.
La mayor parte de la historia de la epistemología es la historia de la lucha entre escuelas justificacionistas rivales acerca de la demarcación entre episteme, por una parte, y doxa, el reino de la incertidumbre y del error, de la discusión fútil e inconcluyente, por la otra.
La tristeza de lo irrelevante se antepone a la hermética paciencia del alma.
En la mujer interesante, la belleza es secundaria, irrelevante y así mismo, indeseable. La belleza interesa en los primeros quince días; y muere enseguida, en un insoportable aburrimiento visual. Seria necesario que alguien fuese, de mujer en mujer, anunciando: - Ser linda no interesa. Se interesante!
Y nos quedamos mirándonos el uno al otro, la atmósfera entre nosotros se carga, prácticamente crepitando, sin decir nada, sólo mirando. Muerdo mi labio mientras el deseo por este hermoso hombre se apodera de mí con venganza, encendiendo mi sangre, haciendo mi respiración poco profunda, agrupándose bajo mi cintura. Veo mis reacciones reflejadas es su postura, en sus ojos.
Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón.