Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, o los que no pintan o componen música, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana.
La corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública.
Es intrínseco al carácter francés el exagerar, el quejarse y tergiversar los hechos cuando se está descontento.
Contar con artículos en la prensa, condición indispensable para vender los libros, pues es muy raro que un libro se compre por su valor intrínseco y casi siempre se publica por razones ajenas a su mérito.
El fútbol, pegar patadas a algo para que se mueva, es algo natural, consustancial al ser humano. Los ingleses pusieron las reglas, pero el fútbol ya estaba en Atapuerca.
Cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad. Tal cosa es consustancial al estilo propio, aunque no se trate, únicamente, del estilo. Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro.
Y la poesía pura fue a establecer, desde el lado opuesto del romanticismo pero con más profundidad, con más derecho, diríamos, el que la poesía lo es todo. Todo, entendamos, en relación con la metafísica; todo en cuanto al conocimiento, todo en cuanto a la realización esencial del hombre. El poeta se basta con hacer poesía, para existir; es la forma más pura de realización de la esencia humana
Amar al otro es renunciar a poseerlo, incluso muerto; renunciar a que vuelva, descubrir que sigue estando ahí, en un silencio que ya no nos causa pavor, en un desierto que se hace acogedor de lo más valioso que tenemos, lo esencial de lo que permanece cuando ya no se puede nada.
El hombre necesita a cada paso de la ayuda de sus semejantes, y es inútil que la espere tan sólo de su benevolencia: le será más fácil obtenerla si puede interesar en su favor el amor propio de aquellos a quienes recurre y hacerles ver que lo que les pide.
No te fíes de consejos, aunque te los quieran dar; guíate de lo que salga de tu propio natural.
El imitar es connatural al hombre
El imitar es connatural al hombre.
Es intrínseco al carácter francés el exagerar, el quejarse y tergiversar los hechos cuando se está descontento.
Contar con artículos en la prensa, condición indispensable para vender los libros, pues es muy raro que un libro se compre por su valor intrínseco y casi siempre se publica por razones ajenas a su mérito.
Cualquier gran escritor, o simplemente buen escritor, elabora un mundo en consonancia con su propia especificidad. Tal cosa es consustancial al estilo propio, aunque no se trate, únicamente, del estilo. Se trata, en suma, de la firma inimitable que pone en todas sus cosas el escritor. Este es su mundo y no otro. Esto es lo que diferencia a un escritor de otro.
El fútbol, pegar patadas a algo para que se mueva, es algo natural, consustancial al ser humano. Los ingleses pusieron las reglas, pero el fútbol ya estaba en Atapuerca.
En aquella época encontré un extraño refugio. Por casualidad, como suele decirse. Pero esas casualidades no existen. Cuando alguien necesita algo con mucha urgencia y lo encuentra, no es la casualidad la que se lo proporciona, sino él mismo. El propio deseo y la propia necesidad conducen a ello. – Demian
El amor propio ofendido es el más seguro antídoto del amor.
El imitar es connatural al hombre.
El imitar es connatural al hombre