Aquí renuncié a viajar, porque puedo viajar continuamente con el pensamiento a todas las edades y a todos los países y puedo disfrutar el divino privilegio de la ubicuidad sin alejarme del centro de gravedad y de equilibrio que me ha sido concedido.
La infancia es un privilegio de la vejez. No sé por qué la recuerdo actualmente con más claridad que nunca.
La bendición de los ancianos parece que tiene prerrogativa de mejorar los sucesos.
Es la prerrogativa de los grandes hombres tener sólo grandes defectos.
Entre dos amantes, la prueba de que uno ama demasiado dispensa para siempre, a quien la recibe, de amar lo suficiente.
Oh, Dios, hágase de mí tu voluntad. Mi parecer se identifica con el tuyo. Te pertenezco. No pido dispensa de nada que a tus ojos aparezca bueno. Llévame adonde quieras, vísteme con el traje que quieras...
La gratuidad no es nunca gratuita.
Es la prerrogativa de los grandes hombres tener sólo grandes defectos.
La bendición de los ancianos parece que tiene prerrogativa de mejorar los sucesos.
Entre dos amantes, la prueba de que uno ama demasiado dispensa para siempre, a quien la recibe, de amar lo suficiente.
Oh, Dios, hágase de mí tu voluntad. Mi parecer se identifica con el tuyo. Te pertenezco. No pido dispensa de nada que a tus ojos aparezca bueno. Llévame adonde quieras, vísteme con el traje que quieras...
La gratuidad no es nunca gratuita.