... el ejecutivo nunca ejercerá los poderes legislativo y judicial o uno de ambos, a fin de que sea un gobierno de leyes, y no de hombres.
Los alguaciles de hoy no son más que la sombra caricaturesca de los alguaciles del tiempo del rey; esa era gente temible y temida, respetable y respetada; formaban uno de los extremos de la formidable cadena judicial que envolvía a todo Río de Janeiro en la época en que los pleitos eran entre nosotros un elemento de vida; el extremo opuesto lo constituían los desembargadores.
Si el sistema ejecutivo, legal y judicial fueran particulares de los individuos, el mundo seria justo.
El país tiene una gran debilidad institucional, la república se basa en la independencia de los tres poderes, el judicial tiene que actuar y nos da la impresión de que el juez Rafecas está actuando correctamente en un estado de derecho tenemos que creerle a la Justicia