Hay menos injusticia en que te roben en un bosque que en un lugar de asilo. Es más infame que te desvalijen quienes deben protegerte.
Los árboles del bosque profundo y oscuro se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios de papel de plata gastada. El viento artero, serpenteando por sus copas, susurra que pronto dará comienzo. Los árboles lo saben. Son antiguos y ya han visto de todo.