Esa marometa que da el chiquillo en el aire expresa en un solo acto toda la alegría y la magnificencia de vivir.
Avanzando constantemente, adelantándose a todo, logrando nuevas conquistas en las ciencias naturales y expandiendo vertiginosamente su cultura materialista, el hombre ha crecido divorciado de la naturaleza y ha terminado edificando una civilización a su medida, como chiquillo caprichoso revelándose contra su madre.
¿No comprende que para entender las cosas debemos ser como niño? Sólo un niño ve las cosas con absoluta claridad, porque todavía no se le han formado todos esos filtros que a nosotros nos impiden comprender lo inesperado.
El cuento debe ser presentado al lector como un fruto de numerosas cáscaras que van siendo desprendidas a los ojos de un niño goloso.