Déjenme en paz, déjenme dormir una sola noche sin mojar de lágrimas mi almohada, sin sentir que mi cabeza está a punto de estallar y sin que ardan mis ojos. ¡Déjenme marchar, déjenme abandonarlo todo, y sobre todo este mundo!
Grítame con los ojos que se van a humedecer de felicidad.
Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma
Quiero construir un puente de oro tendido al mundo entero para reunir a todos los países en la armonía y el amor que contiene el aikido. Creo realmente en que el estudio del aikido puede unir a todos los pueblos e impregnar al mundo con la fuerza de un amor inmutable.
(Todo por embarrar el recuerdo de Marisa contra los muslos de otras).