Es engañoso creer que con la mayor dimensión aumenta el efecto de grandiosidad.
La verdad es que no hay nada tan engañoso como la naturaleza humana. Juzgándola solo por su apariencia, era difícil de creer que algo tan bello pudiera ser a la vez tan cruel. (...) No puede uno fiarse de las apariencias.
El que pretende dirigirse a la humanidad o es un tramposo o está equivocado. La pretendida comunicación se cumple o no; el autor no es responsable, ella se da o no por añadidura. El que quiera enviar un mensaje - como se ha reiterado ya tantas veces - que encargue esta tarea a una mensajería.
El traidor es muy diferente del tramposo: el tramposo pretende ampararse de propiedades establecidas, conquistar un territorio, e incluso instaurar un orden nuevo. El tramposo tiene mucho porvenir, pero no tiene ni el más mínimo devenir.