Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.
Entreveía la posibilidad de helenizar a los bárbaros, de atizar a Roma, de imponer poco a poco al mundo la única cultura que ha sabido separarse un día de lo monstruoso, de lo informe, de lo inmóvil, que ha inventado una definición del método, una teoría de la política y de la belleza.
Él no tenía paciencia con los haraganes y, en cierto modo como yo en el futuro, no era demasiado popular y se veía un poco marginado. La enseñanza que me dejó fue que siempre debía da el máximo, y que nunca dejara sin terminar lo que había empezado.
Destino acostumbrado de las nuevas verdades es aparecer como herejías y terminar como supersticiones
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Tratarse mal sin enfadarse es una de las mayores delicadezas de la verdadera amistad. Que puede ser superada por otra delicadeza: la de tratarse siempre bien.
Sólo porque las mujeres han estado oprimidas, y creo que muchas mujeres no desarrollan todo el potencial que tienen porque las consideran seres inferiores. Pero eso no significa que piense que las mujeres son mejores que los hombres, ni tampoco que los hombres son mejores que las mujeres. Lo que está claro es que la principal preocupación de los oprimidos es dejar de estarlo.
Es de capital importancia que hagamos todo lo que esté en nuestras manos para no dejar de tener pensamientos positivos.