Pero soy voraz con la vida. Hago demasiado de todo durante todo el tiempo. De repente, un día me fallará el corazón. El Cangrejo de Hierro me llevará como se llevó a mi padre. Pero yo no le tengo miedo al cangrejo. Al menos habré muerto de una enfermedad honorable. Tal vez, en mi lápida, inscriban: Este hombre murió a fuerza de vivir demasiado.
¿Quién abrió una ruta por el mar virgen y fuera del alcance de los desgraciados mortales, quién exiló hacia las olas a los piadosos hijos de la tierra firme y los arrojó al voraz piélago, con audaz inventiva?
El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!
Mientras trabajaban en cubierta, veían a menudo un destructor que cruzaba la línea del horizonte hacia el sur. La bandera japonesa ondeaba en su popa. Los pescadores, emocionados y con lágrimas en los ojos, saludaban blandiendo sus gorras. Nuestros protectores, pensaban. ¡Mierda! Cuando los veo, se me saltan las lágrimas.
La tendencia industrial es justa, es necesaria y salvadora, pero a que no se convierte en un ídolo fenicio que lance el rayo destructor contra todo lo humano, toda la cultura que ennoblece y embellece la vida
La publicidad es una sarta permanente de promesas y juramentos al consumidor
Como consumidor de pintura creo que su gran rol es justamente aportar el espacio que puede ser inefable
Pienso que el sentido de la vida es la razón más apremiante
No ignoraba yo el peligro apremiante a que me exponía... me comprometí sin embargo, con votos solemnes, a un estado cuyas reglas creía poder practicar hasta la muerte, independiente de todo humano acontecimiento... De ningún modo temía que las revueltas políticas de la sociedad me hubieran podido ser obstáculo para el cumplimiento de mis votos
Buscamos la felicidad en los bienes externos, en las riquezas; el consumismo es la forma actual del summum bonum. Pero el consumidor nunca está satisfecho, es insaciable y, por tanto, no feliz. La felicidad consiste en el desprendimiento
La actitud inherente al consumismo es devorar todo el mundo. El consumidor es eterno niño de pecho que llora reclamando su biberón. Esto es obvio en los fenómenos patológicos, como el alcoholismo y la adicción a las drogas
Se cree que el chupacabras es un caso típico, producto de la mixtura entre dos políticos. Es un depredador furtivo, jamás he visto semejante parecido
Soy el mejor depredador del mundo, ¿No es cierto? Todo cuanto me rodea te invita a venir a mí: mi voz, el rostro, incluso mi olor. (...) ¡Como si los necesitara! ¡Como si pudieras huir de mí!
De niña, me daba mucho miedo cuando en la mesa del comedor mi padre no dejaba de alardear, se jactaba una y otra vez de sus logros. Y cuanto más grande pretendía volver su figura, más insignificantes nos sentíamos sus hijos. Mi fantasía era: lo agarrábamos con mis hermanos, lo poníamos sobre la mesa, lo troceábamos y lo devorábamos...
Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está fuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro. (Antes del fin, 1999).