Cuanto más importante y de mayor entidad sean los motivos de la guerra, cuanto más afectan a los intereses vitales de los pueblos, con mayor empeño se tratará de derribar al adversario, entonces tienden a confundirse objetivo guerrero y fin político y la guerra aparece menos política y más puramente guerrera.
Legisladores, haced vuestras mancillas menos frecuentes si queréis disminuir la masa de crímenes; una nación que supo hacer un dios del Honor puede derribar sus cadalsos cuando le queda para dirigir a los hombres el freno sagrado de tan hermosa quimera...
El enemigo trata de destruir nuestra base de apoyo mediante ataques militares y bloqueo económico; nos preparamos ahora para desbaratar sus ataques.
El último de estos demonios de los elementos se llama El Rey de las Nubes; su figura es la de un bello joven y se caracteriza por dos grandes alas negras. Aunque su aspecto es realmente encantador, no abriga mejores intenciones que los demás. Se ocupa continuamente de provocar tormentas, arrancar bosques de cuajo y derrumbar castillos y conventos sobre las cabezas de sus moradores.
Conquistar el mundo montado a caballo es fácil, es desmontar y gobernar lo que es difícil
Si pudieras leer la historia secreta de nuestros enemigos, deberíamos encontrar el dolor y sufrimiento de cada uno de ellos, como para desarmar toda hostilidad.
El guión humaniza a Karl Marx y sus ideas de una sociedad socialista. Por lo general, es bien recibida por el público debido a que el autor hace un excelente trabajo de desarmar el tema y con la verdad interpreta la vida de Karl Marx.
Nos dicen los socialistas: Puesto que la ley organiza la justicia, ¿por qué no habría de organizar el trabajo la enseñanza y la religión? ¿Por qué? Porque no podría organizar el trabajo, la enseñanza y la religión, sin desorganizar la justicia.
La guerra es un esfuerzo bonapartista por desorganizar y escindir el creciente movimiento de la clase trabajadora
Roger no tiene derecho a decirme qué debo hacer con mi vida, aunque él cree que sí, no voy a andar rindiéndole nada a nadie a esta altura de mi vida. No va a arruinar mi carrera, aunque últimamente lo está intentando.
El músico es quizás el más modesto de los animales, pero también el más orgulloso, pues es el que inventó el sublime arte de arruinar la poesía