Con buen humor y pesimismo no es posible ni equivocarse ni aburrirse.
Se ve a algunas personas equivocarse en la admiración hasta el grado de alabar en una obra la materia de la que ella pretende ser el antídoto.
Romper con una tradición (...) que ha permitido a España resolver un famoso 23 de febrero y tantas cosas de elementos de estabilidad en estos años, ciertamente de transiciones difíciles, es desvariar
Deja en su musgo errar mis dedos, ahí donde brilla el botón de rosa: déjame, entre la hierba clara, beber las gotas de rocío, ahí donde la tierna flor está rociada; para que el placer, amada mía, ilumine tu frente cándida como, al alba, el azul tímido.
Estar completamente seguro es errar en voz alta.
(Todo por embarrar el recuerdo de Marisa contra los muslos de otras).