Lo peor de la fama es que bueno llega un momento que con tanto trabajo, tu gente, tu familia, tu tierra, tus seres queridos, todo eso lo echas mucho de menos, y se hace muy pesado a veces, muy duro. Pero, ¡bueno!
No hay nada más pesado que la comprensión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos
No saben cuan tierno y sabroso estaba su culito asado...
No hallo palabras para describir toda la voluptuosidad que aquel ser encantador me reservaba. Ella fue quien se acercó a mí. Sin hablarnos, se confundieron nuestros besos y caricias. Dejaba vagar mi mirada por aquel hermoso rostro, animado del más tierno amor.