Lo que se recibe se recibe al modo del recipiente
¡Cuantas tonterías humanas se encierran en ese recipiente que lleva como rótulo: libertad!
Pídele a tu madre que te prepare un gran tazón de chocolate bien caliente y que luego te dé gran abrazo. No hay nada como el chocolate caliente y un abrazo para espantar las pesadillas.
Cuando uno ve el tazón, se olvida de los defectos del antiguo dueño. La vida de mi padre fue sólo una pequeña parte de la vida de un tazón de té.
Porque la amaba estrepitosamente y la amo todavía, como se ama el retrato desteñido de la madre desconocida o el cacharro roto.