¿Tal vez por eso manda usted a sus adversarios políticos a la cárcel? (...) Lo encuentro muy lógico. Primero me encerraban ellos a mí. Ahora los encierro yo a ellos.
En infinitos mundos mi situación será la misma, pero tal vez la causa de mi encierro gradualmente pierda su nobleza, hasta ser sórdida, y quizá mis líneas tengan, en otros mundos, la innegable superioridad de un adjetivo feliz.
La geometría me sirve como gramática de lenguaje expresivo en la imagen. El esqueleto estructural, la composición y el corte geométrico sirven para dar una llave de lectura a la imagen; si no se hace como los dadaístas, que ponían las palabras en un saco y después las sacaban fuera una por una para componer una poesía.
Lo llaman democracia y no lo es, es la dictadura del capital del burgués, de Repsol del corte inglés, de Coca Cola, gente consume para así sentirse un poco menos sola.
Un cobertizo para bicicletas es una construcción; la Catedral de Lincoln es una pieza de arquitectura. El término arquitectura se aplica sólo a los edificios diseñados con un atractivo estético.
Es bueno que los cabestros estén bien acotados. A los animales mansos se les puede dejar pastar con libertad, pero los cabestros, o están bien acotados y cerrados en su redil o pueden hacer mucho daño, sobre todo a su dueño
¿Qué poco vale uno ya! Hasta las ratas se suben a ensuciar la azotea de los pensamientos. Esto es lo que hay de nuevo en mi vida: ratas. Ya tengo ratas, piojos, pulgas, chinches, sarna. Este rincón que tengo para vivir será muy pronto un parque zoológico, o mejor dicho, una casa de fieras...
Usted mismo lo dijo, John, éste es un parque de entretenimiento. Y el entretenimiento nada tiene que ver con la realidad. El entretenimiento es la antítesis de la realidad.
Todo saber analítico está, pues, invenciblemente ligado a una práctica, a esta estrangulación de la relación entre dos individuos, en la que uno escucha el lenguaje del otro, liberando así su deseo del objeto que ha perdido (haciéndole entender que lo ha perdido) y liberándolo de la vecindad siempre repetida de la muerte (haciéndole entender que un día morirá).
La vecindad de semejante compañero, lejos de anonadarme, me inspiraba un terror magnifico.