Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío, junto a tus hombros tersos de que nacen las rutas de tu abrazo, de que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas, sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia.
No hay sitio en mi memoria donde encuentre tu vida más que tus ya distantes huellas deshabitadas. Pues en mi sueño en vano tu rostro se refugia y huye tu voz del aire real que la devora.
Puedes ser el intérprete más artísticamente perfecto en el mundo, pero el público no responde si eres indiferente. (...) Eso vale para cualquier tipo de contacto humano: un político en la televisión, un actor en el cine, o un chico y una chica. Eso es tan cierto en la vida como en el arte.
El silencio es la antesala de la palabra. Sin decir nada, se pueden decir tantas cosas, que, a veces, es mejor callar, y dejar que sea el propio interlocutor el que imagine e interprete lo que se intenta comunicar a través de la magia del silencio.
Un artista, un hombre de ciencia, no tiene nacionalidad. Un cantor tampoco, es de todos, y su patria es donde oye aplausos. Pero ya que insiste: soy uruguayo, nacido en Tacuarembó.El Telégrafo de Paysandú, Uruguay, 25 de octubre de 1933
Me crié pastando cabras, no bien aprendí a caminar. Desde que nací mi mamá empezó a llevarme en su espalda y así crecí encima de ella escuchando sus coplas. Y mi padre cantaba acompañado por la guitarra. Por eso salí cantor