Verás mi cuerpo convertirse en cuna para que el hijo de tus sueños nazca.
La mano que mece la cuna rige el mundo.
La primera captación en serio que tuve de las cosas fue cuando aprendí el arte de pedalear (con la mano) una bicicleta, colocada al revés e impulsé la rueda trasera preternaturalmente ligero. Yo amaba la desaparición de los rayos el modo como el hueco entre el eje y la llanta susurraba transparente...